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UC - Críticas

País: Francia.

Año: 2014.

Duración: 89 min.

Género: Acción / Ciencia-ficción.

 

Dirección y guion: Luc Besson.

Producción: Virginie Besson-Silla.

Música: Eric Serra.

Fotografía: Thierry Arbogast.

Montaje: Julien Rey.

Diseño de producción: Hugues Tissandier.

Vestuario: Olivier Bériot.

Distribuidora: Universal Pictures International Spain.

 

Estreno en España: 22 Agosto 2014.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años.

Interpretación: Scarlett Johansson (Lucy), Morgan Freeman (profesor Norman), Choi Min-sik (Sr. Jang), Amr Waked (Pierre Del Rio), Analeigh Tipton (Caroline).

 

EL HUMANISMO INFINITESIMAL A TIRO LIMPIO


Luc Besson y Scarlett Johansson se alían para vendernos esta cinta de acción de poca masa muscular y corrompida materia gris que acaba por desintegrase en su propia desesperación. Si buscamos una película de acción trepidante mediante el uso irreverente de las drogas véase mejor ‘Crank’ (Neveldine & Tylor, 2006) ya que aquí sólo encontraremos a la neoyorkina en una suerte de Neo femenino deslizando la mano y perdiendo su mirada en el infinito (eso sí, su presentación es de un nivel actoral sublime). En cuanto a la materia gris la propia ‘The matrix’ (Wachowski brothers, 1999) formula mucho mejor y de manera más entretenida esa obsesión humana por la degradación hacia la infinitesimal divinidad. En efecto, el film de Besson bebe más de estas obras del ciberpunk reminiscente, que de otros clásicos de los que también podía haber bebido y, que (jocosa casualidad) sí que son suyos, como ‘Nikita’ (1990) o ‘El quinto elemento’ (1997).




SINOPSIS: Lucy (Scarlett Johansson) es obligada a hacer de mula de una avanzada y peligrosa droga que introducen en su estómago. Cuando el contenido se vierta en su interior las células de su cerebro empezarán a reaccionar hasta alcanzar el 100% de su capacidad, dotándola de poderes extraordinarios.


 

Muchas expectativas había levantado el reencuentro de Luc Besson con el género de acción más palomitero y, especialmente, que recuperase a su action-girl tipo de los tiempos de ‘Nikita’ o ‘León, el profesional’ (1994). Sin embargo, el realizador galo se pierde en tal galimatías existencial que, a la postre, acaba por lastrar el verdadero leitmotiv de la película: que no era más que ver a Scarlett Johansson dando cera con la impunidad que le permiten sus inverosímiles poderes adquiridos.



No es nuevo ese deseo inherente al ser humano que es buscar su inmortalidad, y Besson parece obsesionarse con un tema al que nos acercamos de un modo cada vez más corrupto, basado en la hiperconectividad y “la nube” informativa. Su calado es tal que ver a la Johansson deslizar la realidad que hay ante sus ojos como quien desliza las aplicaciones de un iPad resulta cuanto menos chocante y, muy a nuestro pesar, un poco vergonzoso.




UC (Manu Cabrera).

TRAILER